Sus calles adoquinadas, precioso casco antiguo y fachadas coloridas convierten a Trinidad en una de las ciudades más pintorescas de Cuba. Y sus famosísimas plantaciones de azúcar, ¡en una de las más dulces!
Un dulce destino
La Iglesia Mayor de la Santísima Trinidad da nombre a la ciudad con uno de los cascos históricos mejor conservados de Cuba. El pasado colonial de la ciudad se mantiene muy vivo en sus icónicas mansiones con techo de color rojizo y balaustradas de madera. La arquitectura de Trinidad es una joya que ha merecido el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Desde la azotea del Museo de Arquitectura Colonial, podrás observar una bonita panorámica de la ciudad. El Valle de los Ingenios, una antigua plantación de azúcar, también ha merecido el reconocimiento de la UNESCO. No puedes marcharte sin visitar el Parque Natural de las Cascadas del Nicho o darte un chapuzón en las playas de Ancón.