Volcánica y frondosa, esta isla atlántica es conocida por sus espectaculares piscinas naturales de aguas cristalinas. Sus riscos espectaculares y paisajes preciosos la convierten en un gran destino para los senderistas.
Trepar al cielo en teleférico
Subirte a alguno de sus numerosos teleféricos para ver desde el aire las dimensiones de Madeira es una buena manera de empezar a descubrir la isla. Al tratarse de un lugar muy escarpado, en él abundan los teleféricos para salvar los desniveles. Monte es la zona más alta de la isla. Para bajar de ella te recomendamos subirte a un carreiro, unos enormes cestos de mimbre y madera pilotados por personas que te llevan colina abajo deslizándose sobre la tierra. ¡Una experiencia que no puedes perderte en Madeira! Pico Areeiro es una de las montañas más altas, el lugar ideal para hacer senderismo. Cabo Girao, el más alto de Europa con 589 metros de altura, tiene un impresionante mirador con el suelo de cristal.