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La capital de Luxemburgo fue durante siglos una de las fortalezas más poderosas del viejo continente. Más allá de su imagen burocrática y de ciudad de negocios, el centro financiero de la Unión Europea concentra una gran historia.
Arquitectura defensiva espectacular
Aunque viajar en transporte público es gratuito, nosotros te recomendamos andar y callejear mucho porque las distancias en la capital de uno de los países más pequeños de Europa son cortas y bellísimas. El Gran Palacio Ducal es el símbolo del único Gran Ducado del mundo, la residencia oficial del jefe de Estado. Si vas a viajar a la capital de Luxemburgo también te recomendamos contemplar el río Alzette desde el mirador de Chemin de la Corniche; cruzar el Puente Adolfo; visitar la Catedral de Santa María; o perderte en el barrio de Grund, el más coqueto de la ciudad. El ambiente en la Place d’Armes o la Plaza Guillermo II es perfecto para sentarse a descansar y tomar un refresco. Las Casamatas du Bock comprenden 23 kilómetros de galerías subterráneas donde antiguamente se refugiaban los soldados y sus caballos.