Te ayudará mucho encontrar un alojamiento bien ubicado para moverse rápido y aprovechar cada hora sin perder tiempo en desplazamientos largos.Rosana Cabrera
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By Rosana Cabrera
Periodista de formación, inquieta y creativa por naturaleza, escribe siempre con una mirada personal para transmitir matices con los que enriquecer la lectura y contagiar su entusiasmo por los viajes. En sus textos, la cultura, la historia y la esencia de cada lugar se entrelazan con vivencias y sentimientos que transportan al lector al destino del que escribe.
Milán te espera, pero... ¿no sabes qué ver ni cómo empezar? Déjame contarte lo más esencial de la ciudad y descubrirás qué ver en Milán: del Duomo a los canales de Navigli, pasando por barrios con encanto y escapadas a lagos de ensueño.
La majestuosa catedral gótica, una de las más grandes del mundo, te espera con su imponente fachada y vistas desde la terraza. La catedral es el corazón de Milán y un espectáculo, tanto por dentro como por fuera. Sus agujas parecen tocar el cielo y, desde la terraza, la ciudad se despliega como una maqueta viva. Ve temprano para evitar colas y disfrutar con más calma.
¿Sabes qué? Desde el hotel Palazzo Cordusio Gran Meliá puedes llegar a ella paseando y empezar a sentir la grandeza de la ciudad nada más salir.
Justo al lado del Duomo, esta galería cubierta es un despliegue de arquitectura y elegancia. Esta joya del siglo XIX te envuelve con sus mosaicos y su techo de cristal, boutiques de lujo y cafés históricos. Un paseo ideal para lucir estilazo y tomarte ese café o aperitivo con clase.
Una fortaleza renacentista que alberga museos fascinantes, donde puedes admirar la Piedad Rondanini, la última obra de Miguel Ángel. Tras recorrer sus salas, se encuentra un parque inmenso donde relajarte al sol y hacer picnic. Un paseo por el Parco Sempione te llevará hasta el Arco della Pace, otro icono milanés.
El emblema cultural de Milán: una joya histórica, un mural que revolucionó el arte. Esta obra maestra se guarda en la iglesia de Santa Maria delle Grazie. Debes reservar la entrada con bastante antelación, pero merece cada minuto de espera para ver en directo una de las pinturas más famosas del mundo.
Símbolo mundial de ópera y teatro, su belleza histórica y sus colecciones te transportarán a otra época. Incluso si no hay función, su museo permite asomarse a la magia que guarda entre bastidores este templo de la ópera y de la historia de la música. Puede ser tu plan sofisticado al caer la tarde, perfectamente complementado con una cena en el barrio de moda o el regreso tranquilo al hotel.
Resérvate un rato para caminar por este encantador y elegante barrio lleno de arte. Pasea por sus callejuelas con galerías, tiendas de artesanía, cafés y terrazas acogedores. La Pinacoteca es una parada obligatoria, con obras maestras italianas y europeas. Pero, hazme caso, el verdadero encanto está en perderse sin prisa.
Los canales, diseñados en parte por Leonardo da Vinci, hoy son un hervidero de vida nocturna. Perfectos para un aperitivo al atardecer en sus bares y con un ambiente bohemio, o para pasear bajo las luces reflejadas en el agua.
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Déjate impresionar por sus murales y otro arte que cobra protagonismo en Milán: el urbano.
Dicen de él que es un museo al aire libre por sus impresionantes mausoleos.
Un barrio moderno donde poder admirar la vanguardista Piazza Gae Aulenti.
Rincón con mucha vida local, de ambiente joven y animadas terrazas, al paso entre el Duomo y Brera.
La “Capilla Sixtina de Milán”, con frescos alucinantes.
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En menos de dos horas, el paisaje urbano se transforma en montañas, pueblos y aguas cristalinas.
Son perfectos para una excursión de día. Ofrecen paisajes de postal, pueblos con encanto y paseos en barco.
Conquistan con sus fachadas de colores, calles empedradas y terrazas junto al agua. Desde Milán, es fácil llegar a estos destinos y hacer una excursión para respirar aire puro y desconectar unos días.
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Una visita exprés a Milán puede ser suficiente para que visites lo más destacable. Te desgloso por jornadas qué ruta puedes seguir para que te lleves las instantáneas de lo principal. Te ayudará mucho encontrar un alojamiento bien ubicado para moverse rápido y aprovechar cada hora sin perder tiempo en desplazamientos largos.
Visita el Duomo después la Galería Vittorio Emanuele II, siguiente parada en la iglesia de Santa Maria delle Grazie para admirar La Última Cena de Leonardo da Vinci, y el colofón, en el Barrio de Brera.
Empieza el recorrido por el Castello Sforzesco y Parco Sempione, continúa por el Teatro alla Scala, y déjate disfrutar de Navigli al atardecer. Si puedes mantener un ritmo dinámico, puedes añadir un breve alto, elige entre Cementerio Monumental o Piazza Gae Aulenti.
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Es una gran ciudad con mucho que ofrecer, así que cualquier recomendación de sentido común, como llevar calzado cómodo, etc. siempre es bienvenida. Pero, además, te cuento algunos detalles que pueden hacer de tu experiencia un recuerdo más que memorable.
La mejor época para visitar Milán puede ser primavera y otoño, dos estaciones donde el lcima es suave y la luz de la ciudad le dará un plus a tus fotos.
Muévete a pie por el centro. El metro y el tranvía serán tus aliados para distancias algo más largas. Podrás realizar combinaciones rápidas y esquivar problemas de tráfico, y quebraderos de cabeza como encontrar aparcamiento.
Elige una zona céntrica para reservar tu alojamiento, esto te facilitará enlazar visitas en un mismo día y tener siempre cerca tu lugar para descansar o descargar compras.
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Te ayudará mucho encontrar un alojamiento bien ubicado para moverse rápido y aprovechar cada hora sin perder tiempo en desplazamientos largos.Rosana Cabrera
En tu viaje a Milán vas a descubrir que no es solo moda y negocios: es arte, historia, terrazas soleadas y tardes junto a un canal. Un lugar que invita a volver, porque siempre queda algo nuevo por descubrir.