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El placer de detener el tiempo
Los placeres más gratificantes de la vida se esconden en pequeños detalles o en costumbres ancestrales. En gestos tan sencillos como permanecer reunidos ante la mesa tras una comida, alargando las sensaciones, deteniendo el tiempo, paladeando a fuego lento los sabores al calor de la mesa y de una buena conversación.
En esencia